miércoles, 19 de mayo de 2010

RITUAL


Tras muchas penalidades, por fin alcanzó la cima del monte sagrado. Esperó a que llegara la noche y aunque tenía miedo, dispuso todos los elementos para el ritual que le otorgaría la tan deseada inmunidad. No fue fácil orientarse en la oscuridad, aunque contaba con la luz de una impresionante luna llena. Mientras hundía la daga en su corazón, rezó para que todos los que habían intentado disuadirle de su propósito no estuvieran en lo cierto al decirle que todo aquello no era real, que no conseguiría nada, que todo formaba parte tan sólo de una vieja leyenda.

PESADILLA

Aún no acababa de creérselo del todo, aunque el diagnóstico del médico no dejaba lugar a dudas. Era un viento huracanado que barría toda posibilidad de esperanza. Le estaba ocurriendo a ella. A ella. Pensó en todas las ocasiones en que había tenido noticias de personas conocidas víctimas de graves enfermedades, de accidentes mortales... cómo se había sentido incluso un poco feliz de que en la rueda de la fortuna de la vida la catástrofe les hubiera tocado a otros, a salvo porque en esos momentos los pobres elegidos habían sido los demás Lo reconfortante que era manifestar pesar, compasión y no saberse digno de ella.

Sabía que tenía que pensar en arreglar muchas cosas, en organizar la vida que quedaría cuando ella ya no estuviese. Si al menos los niños fueran un poco más mayores. Los niños...¿cómo iba a decírselo? ¿Qué momento elegiría para darles una explicación?

Decidió concederse unos minutos antes de salir del coche. Quizá, después de todo, esto no estuviera ocurriendo de verdad, seguro que si esperaba el tiempo suficiente al final despertaría y se daría cuenta de que todo había sido una pesadilla.

viernes, 14 de mayo de 2010

CONTRA LA TORTURA


En este mismo instante
hay un hombre que sufre,
un hombre torturado
tan sólo por amar
la libertad. Ignoro
dónde vive, qué lengua
habla, de qué color
tiene la piel, cómo
se llama, pero
en este mismo instante,
cuando tus ojos leen
mi pequeño poema,
ese hombre existe, grita,
se puede oír su llanto
de animal acosado,
mientras muerde sus labios
para no denunciar
a los amigos. ¿Oyes?
Un hombre solo
grita maniatado, existe
en algún sitio. ¿He dicho solo?
¿No sientes, como yo,
el dolor de su cuerpo
repetido en el tuyo?
¿No te mana la sangre
bajo los golpes ciegos?
Nadie está solo. Ahora,
en este mismo instante,
también a ti y a mí
nos tienen maniatados.

José Agustín Goytisolo

lunes, 3 de mayo de 2010

LA ÚLTIMA CITA

Le vió llegar montado en su bicicleta, como un centauro de la era moderna, todo músculos, metal y sudor. Cuando alcanzó la cima de la colina su silueta se dibujó contra el cielo borrascoso, y ella recordó otros cielos y otras tormentas, lluvia de lágrimas y truenos de palabras. Tormentas que se disolvían en besos y promesas esperanzadoras que nunca se cumplían. Ya no esperaba nada, ya una calma sin objetivo gobernaba una nave que naufragaba. Sin embargo, tenía la impresiónde que esa tarde llegarían a algún tipo de puerto. La había llamado para citarla y su voz sonaba a despedida. Cuando él llegó a su altura se miraron a los ojos, y ambos supieron que en realidad ya no hacía falta que ninguno dijera nada.

EL BRINDIS

Lápices de colores sobre folio.