jueves, 30 de septiembre de 2010

"EL MUNDO SEGÚN GARP", John Irving

Duncan era un niño sano e inteligente.Ahora un segundo hijo entraría a formar parte de su cuidadosa y ordenada aventura.Volvió a palpar ansioso en vientre de Helen, en espera de una patada, de una señal de vida.Aunque coincidía con ella en que seria hermoso tener una niña, Garp abrigaba la esperanza de que fuera otro varón.
Se preguntó por qué. Recordó la chica del parque, su imagen de Ellen James sin lengua, las difíciles decisiones de su propia madre. Sintió la dicha de vivir con Helen; ella tenía sus propias ambiciones y él no podía dominarla con las suyas. Pero recordó a las prostitutas de la Kärntnerstrasse y a Cushie Percy que moriría de su primer y único parto. Y ahora -su aroma todavía en su cuerpo, o al menos en su mente, aunque se había bañado-, la saqueada Cindy que había gemido bajo su cuerpo, con la espalda apoyada en una maleta. Una vena azul latía en sus sienes, las sienes translúcidas de una niña de piel pálida. Y aunque Cindy todavía tenía la lengua, había sido incapaz de hablarle cuando la dejó.
Garp no quería una hija a causa de los hombres. A causa de los hombres malos, sin duda alguna; pero incluso, pensó, a causa de los hombres como yo.

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