miércoles, 12 de enero de 2011


Miro al mar y mi mente se va lejos, hasta la otra orilla del mundo. Miro el mar y las olas, con su movimiento de vaivén, que traen y llevan, que arrastran y alejan, pero que a veces devuelven a la tierra lo que parece perdido para siempre.
Me pregunto qué sera lo que nunca me será devuelto, y qué volveré a recuperar, qué me queda por esperar en esta orilla y qué, sin yo saberlo tal vez, ya he perdido para siempre.

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