martes, 13 de marzo de 2012

LA PLAZA NUEVA Y ROBERTO


Uno de los planes más gratos para las mañanas de los domingos, es para mí la visita a la Plaza Nueva de Bilbao.




Hay en la plaza todas las mañanas dominicales, un mercado de libros viejos, con un ambiente especialmente animado, ya que se dan la mano los cazadores de libros y otro tipo de coleccionistas, con los paseantes que toman el aperitivo en las terrazas de los establecimientos de hostelería, casi todos con mucha solera y tradición.


Aprovechando esta primavera adelantada, este domingo fuimos a dar un garbeo:


 Libros, libros, libros...


Buscadores de todo tipo: curiosos, embelesados, interesados en una presa concreta, cazadores de lo que salga, deseosos de sorpresas inesperadas, preguntones, discretos, avasalladores...




 Además, hay otro tipo de caza, la de los coleccionistas de monedas, de cromos, de postales...Padres acompañados de sus hijos que coleccionan cromos y acuden con sus listas a hacer cambios indispensables, padres casi siempre más ilusionados que los niños aparentemente dueños de esos álbumes y estampas, pero que van contagiando a sus retoños esa fiebre coleccionista. A veces me quedo mirando alguna de esas escenas, la ilusión del hallazgo de un ejemplar concreto, tal vez largamente deseado, el nerviosismo, la negociación... Les entiendo, aunque mi enfermedad sea otra.




Hay en la Plaza Nueva, un puesto de libros especial para mí. Su dueño fue durante muchos años el panadero de mi barrio. Roberto venía todas las mañanas con su furgoneta a repartir el pan al vecindario, y era parte del paisaje, siempre acelerado, siempre cargado con los sacos rebosantes de barras, pero siempre sonriente, amable, de buen humor.

No sé por qué razón un día decidió cambiar el pan recién hecho por los libros viejos, pero lo cierto es que un domingo por la mañana, después de mucho tiempo sin acudir al mercado de libros, me lo encontré dedicado a esta actividad que yo jamás hubiera sospechado en él. Hace mas de doce años de aquel cambio, y sigue en el negocio. Es además el puesto con los precios más bajos, casi el único en el que puedo encontrar verdaderos chollos.  Nos saludamos, nos preguntamos por las familias, me da recuerdos para mis padres, hablamos de los hijos que ya "deben estar grandísimos".


Sigue con su buen humor,con su mismo carácter afable, y parece que le va bien, espero que siga siendo así.

jueves, 1 de marzo de 2012

"OJALÁ", Silvio Rodriguez

"Ojalá es una de las canciones insignia de Silvio Rodriguez. Muchas conjeturas se han hecho sobre el significado de esta canción. Interpretaciones interesadas que leen en la frase: "a tu viejo gobierno de difuntos y flores" una velada crítica al régimen de Fidel Castro.
Nada más lejos de la realidad, pues estamos ante una canción de amor y no de contenido político, como el propio Silvio se encargó de explicar:

"Ojalá yo la compuse a una mujer que fue mi primer amor, Emilia. Fue un amor que tuve cuando estuve en el ejército, haciendo mi servicio militar. La conocí cuando tenía 18 años, fue mi primer amor importante en el sentido de que fue el primer amor que me enseñó cosas. Era una muchacha mucho más evolucionada que yo, mucho más inteligente,más culta. Me enseñó, por ejemplo, a César Vallejo. Después nos tuvimos que separar, estaba estudiando medicina y, en fin,no le cuadró. No sé por qué estudió medicina, cosa loca de ella, en realidad siempre fue de letras y de hecho después estudió letras. Se fue a su pueblo a estudiar y yo me quedé solo aquí en La Habana, totalmente desolado. Pasaron los años y el recuerdo de aquel amor tan bonito, tan productivo, tan enriquecedor, de aporte a uno.... estaba  obsesionado. Y porque fue un amor frustrado, truncado por las circunstancias, por a vida, no fue una cosa que se agotara, pues se quedó un poco como un fantasma y por eso compuse esta canción en un momento quizás de delirio, de arrebato, de sentimiento un poco desmesurado..."

Cuenta Silvio además que la letra es un ruego para que cese la obsesión: "para no verte tanto, para no verte siempre, en todos los segundos, en todas las visiones...", la necesidad de alejarse, de olvidar, de liberarse del recuerdo omnipresente.

Es una canción que amo. Me está acompañando estos dias, siempre hay una canción de Silvio explicando mis estados de ánimo.