viernes, 22 de febrero de 2013

UNA CASA SIN LIBROS


Una vez leí que Edmundo de Amicis dijo que una casa sin libros era un casa sin dignidad. El comentario es muy extremo, y no creo que la dignidad esté sólo en los libros, pero si es verdad que me parece que una casa sin libros es una casa vacía. A mí, las casas donde no hay libros me producen una sensación extraña, como  un escenario de cartón, una imitación de un hogar. No creo que les falte dignidad, pero sí me da la impresión de que carecen de alma.

No recuerdo cuándo exactamente empecé, pero creo que desde siempre, lo primero en lo que me fijo cuando llego a una casa desconocida es en los libros, o en la ausencia de ellos. Al principio, cuando no era algo consciente fue una sensación de extrañeza sin definir,  semejante a dormir en cama ajena,  sentía algo raro, pero que no sabía qué podía ser. ¿Qué hacía que las casas de los demás fueran tan diferentes de la mía? Ver las estanterías repletas de figuritas y fotos de familia en lugar de libros, era como ver una casa sin techo, no sé...Con el tiempo pude comprobar que lo raro era tener la casa llena de libros.

Cada vez más tengo la manía de fijarme dónde están los libros en las casas que visito. Y si los hay, corro a mirar los títulos y ediciones. No puedo evitar que las casas que no los tienen,  me parezcan poco  interesantes. Los libros, por muy personal que sea la selección, son universales. Y puedes conocer a una persona por su biblioteca.

Supongo que es una cuestión de familia. Siempre he vivido rodeada de ellos, aunque no en grandes cantidades. Los había en la casa de mis abuelos paternos y en la de mis padres, aunque ellos no llegaron a tener tantos como yo. No vengo de una familia adinerada ni especialmente intelectual. sin embargo, los libros siempre han sido una presencia importante en casa de mis padres, y vital en la mía.



Lo reconozco, los libros son una parte importante –importantísima– de mi vida. Y me es difícil imaginar que exista gente a la que les dé igual o, peor, para la cual sean un estorbo, una cosa sin mucho sentido. Supongo que prefiero pensar que es porque no los conocen, y me apena que se pierdan una experiencia tan hermosa como es la de leer, uno de los grandes placeres de la vida. Me siento orgullosa de la admiración que despierta mi biblioteca para los visitantes de mi casa, y secretamente ofendida para los que muestran incomprensión por la acumulación de libros o lo que es peor, indiferencia. Si las visitas a las casas de los demás o de los demás a mi casa implica una visita pormenorizada a los títulos y ediciones para comparar afinidades lectoras, descubrir lo que uno tiene y qué le falta al otro, o recordar sensaciones en lecturas comunes, la cosa puede llegar al éxtasis.

Mi afición a descubrir bibliotecas ajenas se ha visto inesperadamente satisfecha gracias a internet, donde hay abundancia de foros, blogs, y páginas web* dedicadas a los libros y a la lectura, y donde los orgullosos propietarios cuelgan imágenes de sus estanterías para deleite de los que como yo consideramos que una casa con libros es el más bello de los paisajes.


8 comentarios:

  1. Hola, crecí rodeada de libros y cuando mis amigas se independizaban todas las casas tenían en común que no tenían ni libros ni estanterías. Eso si, muchas teles de plasma y revistas... No concibo una casa -hogar sin libros. Tengo la suerte de tener en mi casa una habitación llena de estanterías y libros... Me gusta leer un libro de hace años y los de mi marido. Incluso los que me regalan con dedicatoria.. Me alegra leer que también ves raro un hogar sin libros. Seguimos en contacto

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  2. Yo también crecí rodeada de libros,los libros de mi madre,de mi abuelo y alguno de mi bisabuelo...esos continuan en casa de mis padres en su biblioteca y puedo decir que si no todos he leído muchos de ellos.
    En mi casa tengo los míos, forman parte de mi vida y tampoco concibo una casa sin libros,libros leídos y usados,libros vividos.
    Un Beso

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  3. en la casa de santander dondo veraneábamos hay una estantería llena libros que eran mi abuelo paterno, de los más variados temas, desde matemáticas hasta psicología. pero son sólo un "aperitivo" en comparación con los que tenía en su casa de bilbao, que es donde residía habitualmente. ya de adolescente los sacaba, los miraba y leía algunos capítulos, porque tenía inquietudes más allá de lo que me enseñaban en el colegio.

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  4. A mi también me sorprendió descubrir que muchas personas no tienen el menor interés ni apego por la lectura y los libros. Me deja petada porque no lo entiendo aunque seguramente a ese sector también nosotras les parezcamos bichos raros.
    Me alegra leerte Ilona.
    Un beso.

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  5. Yo también suelo curiosear los libros de los demás, tengo esa manía jejeje Creo que dicen mucho de sus dueños, igual que mis libros dicen mucho de la historia de mi vida. Ahora mismo tengo la suerte de que pude cumplir mi sueño y en una pequeña habitación viven todos mis libros. Aunque no es el lugar donde suelo leer o trabajar, a veces me siento allí sólo a contemplarlos porque muchos de ellos están asociados con personas o momentos especiales de mi vida. Me ha encantado esta entrada, y esas fotografías, qué envidia de bibliotecas! Besitos!

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  6. Este año por primera vez me estoy desprendiendo de alguno de mis libros "imprescindibles", el motivo no es otro que mi hija me los ha pedido para su nueva casa, siento que allí acompañaran a lo que más quiero.
    Dediqué hace unos meses una entrada a mi historia personal con los libros, si dispones de tiempo te invito a compartir sentimientos: http://moncollage.blogspot.com.es/2012/11/el-secreto-de-los-libros.html
    Un abrazo, querida amiga.

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  7. Ilona, no conocía tu blog y me he llevado una agradable sorpresa. Me he detenido en esta entrada porque me resulta curioso lo distinta que puede ser la opinión de cada persona a pesar de amar la lectura por encima de la mayoría de las cosas. En mi casa los libros no se ven, en su momento me enseñaron que ponerlos en el salón era un síntoma más de vanidad y yo me los reservo para mí y mi familia, así que cualquiera que venga a casa puede pensar lo mismo que tú, que no soy nada interesante. De todas formas, si alguien me pregunta que si tengo libros, mi cara se llena de alegría y me da seguro el ataque de vanidad, sí, sube, sube, ven a verlos.
    Bsssssss
    Cloti
    PD Volveré por aquí.

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  8. Hola Cloti, qué gusto verte por aquí. Verás, los libros no tienen que estar necesariamente en el salón, a la vista de las visitas, se trata de que haya libros, aunque estén escondidos. Si yo pudiera, también tendría una habitación dedicada exclusivamente para ellos, posiblemente en una espacio frecuentado sólo por los de la casa. De hecho, yo tengo libros en todas mis habitaciones, pero los más queridos para mí y los más valiosos están en mi dormitorio, donde la mayoría de las veces las visitas no los ven
    También supongo que con las nuevas tecnologías puede haber grandes lectores que no tengan libros de papel, así como otros que puedan leer mucho y frecuentar las bibliotecas públicas y no tenerlos en propiedad.

    Espero que, efectivamente, vuelvas.

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