martes, 28 de junio de 2016

"UN AÑO YA DESPUES DE NO VERTE", Juan Luis Panero




Olor de solitario y soledad, cama deshecha,
cegados ceniceros en esta tarde de domingo,
helado soplo de noviembre en el cristal
y un vaso medio lleno de cansancio.
Te escribo por hacer algo más inútil aún
que pensar en silencio o imaginar tu voz,
o escuchar una música herida de recuerdos
o pedir al teléfono un absurdo milagro.
“Éste es el corrido del caballo blanco
que en un día domingo feliz arrancara”.
Éste es el corrido, pero nadie canta,
y un muerto con mi nombre, vestido con mis trajes,
me saluda y observa por los cuartos vacíos,
me mira en la distancia como si fuera un niño
y acaricia en sus dedos un rastro de ternura.
Sobre su frente inmóvil va cayendo tu nombre
y humedece sus labios una lluvia perdida.
Olor de soledad y humo de aniversario
mientras busco, dolorosamente trato de recordar
tus ojos insomnes con su vaho de mendigo,
devorando su luz, ahogando su locura.
Tus dos ojos como picos de presa que se clavan
y rasgan y desgarran la piel de nuestro amor.
Soplo de embriagado recuerdo, agria melancolía,
rescoldo que tu lengua aún enciende
en estas horas de strip-tease solitario
en que celebro en tu derrota todas las derrotas.
Un año después y tu pelo, tu largo pelo
ardiendo desbocado entre mis manos,
clavado para siempre en esta almohada,
recorriendo esta casa, sus rincones y puertas
como un viento insaciable que buscase su fin.
Un año después de ya no verte,
definitivamente talando en tu memoria,
qué real sigues siendo, qué difícil herirte.
La sosegada certidumbre de esta mesa en que escribo
puede tener la pasión estremecida de tu piel
y la ropa que el sillón desordena
puede ahora ocultar el temblor de tus pechos.
Sobre tu seco abierto y tus muslos de arena,
sobre tus manos ciegas que persiguen la noche,
qué triste es el cuchillo, qué aciaga la hoja.
Un muerto con mi nombre y mis uñas mordidas,
un cadáver grotesco, me dicta estas palabras,
me señala en los cuadros, en la pared manchada,
el destino de hoy, de este día cualquiera,
al borde de mi vida, al borde del invierno,
al borde de otro año que empieza con tu ausencia,
al borde de mis ojos y tu voz que ahora escucho.
Un año después de ya no verte,
mientras te escribo, odiando hasta la tinta,
en esta tarde de noviembre, olor de solitario y soledad,
helado soplo en el cristal vacío. Un muerto.

miércoles, 8 de junio de 2016

"MEMORIAS DE ADRIANO", MARGUERITE YOURCENAR




Tengo en las estanterías muchos libros sin leer, y una lista de pendientes a la que le cuesta mermar, por la continua incorporación de nuevos títulos que se me hacen interesantes o la urgencia de unos sobre otros, que van siendo pospuestos casi eternamente. Uno de estos era "Memorias de Adriano", que sin exagerar, creo que llevaba unos 20 años esperando contarme su historia. Siempre me había dado un poco de respeto, nunca había leído nada de la autora y las críticas leídas sobre él, aunque favorables, me transmitían una sensación de altura intelectual a la que quizá yo no llegara.

Son muchas lecturas ya, y muchas obras más o menos sesudas, así que como me apetecía un libro no emasiado estenso y éste no lo es, me decidí a darle su oportunidad.

Pero lamentablemente debo decir que el bueno de Adriano me ha aburrido mucho. Su filosófico e intimista monólogo no ha conseguido penetrar ni en mi interés, ni en mis emociones. Durante su lectura muchas han sido las ocasiones en las que he tenido que releer párrafos enteros porque la mente se me iba a otro sitio. Y no digo que sea culpa del emperador romano, tal vez simplemente suceda que no ha sido el momento adecuado para conocernos. El caso es que me da pena cuando una espera de tantos años no fructifica, pero tengo que reconocer que ha sido un alivio poder pasar por fin a otra lectura. ¡Qué le vamos a hacer...!

sábado, 4 de junio de 2016

SILVIO RODRIGUEZ, "CANCION A MAIAKOWSKI"

¿Acaso somos nosotros los que pediremos limosna al tiempo?
Nosotros
Cada uno de nosotros
tenemos en nuestras manos
las riendas de todos los mundos"

Vladimir Maiakowski